sábado, 21 de abril de 2018

A mi yo del pasado

Si pudiera viajar en el tiempo y tuviera la oportunidad de viajar al pasado, a mi yo del pasado le diría que no fuese tan tímido, que no tuviera tanto miedo al fracaso, que vale la pena intentarlo, que de lo contrario siempre se quedará con la duda de saber que hubiera pasado de haber sido de otra manera.
A mi yo del pasado le diría que las decisiones que tomará en mi pasado, su futuro, no serán malas, que posiblemente tampoco serán siempre las mejores, pero que en su futuro, mi presente, parece que la vida no me trata tan mal, que la vida incluso con sus fallos, sus putadas y sus tropecientas piedras en el camino, es bonita, muy bonita.
A mi yo del pasado, sólo le puedo reprochar esa maldita timidez que he heredado de él, esa maldita desconfianza a hacer cosas por el maldito miedo a equivocarme, por el maldito miedo a ser rechazado.
Lo de ser gruñón y cabezota, no se lo puedo reprochar a mi yo del pasado, eso es una tara que viene conmigo desde otras vidas pasadas.
A mi yo del pasado, le doy las gracias con el corazón y el alma. Le doy las gracias por muchas cosas: por haber sido tan fuerte emocionalmente, por haberse superado mil y una veces, por no haberse rendido jamás, por no haber caído en según que tentaciones, por haber tenido un corazón tan grande que no le cabía en el pecho, por haber querido mucho, por haber reído mucho, por haber llorado otro puñado. Por todas esas y muchas más cosas, le doy las gracias. Porqué gracias a él, a día de hoy, soy el que soy.
A mi yo del pasado le recomiendo que disfrute mucho, que le espera un futuro maravilloso.
Nos vemos en mi presente.


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