Hola amor, te sorprenderá que te escriba, pero aquí estoy, reclamando tu presencia. ¿Dónde estás? Llevo tanto tiempo esperándote que incluso he pensado muchas veces en tirar la toalla, otras he pensado que tu gps se ha averiado y no tienes forma de llegar a mí, otras he pensado que perdiste las coordenadas de mi ubicación.
Pero, en cambio, yo sigo aquí, en el mismo sitio de siempre, a pecho descubierto, con el alma en pie y con el cuchillo entre los dientes, por si se presenta alguna amenaza que quiera impedir lo inevitable. Porqué está claro que es inevitable, que algún día nos encontraremos y los dos disfrutaremos de nuestra presencia, de nuestra esencia. Nuestros cuerpos bailarán al son del tic tac de nuestros corazones, nuestras almas se despegarán de nuestros cuerpos y saldrán a dar un paseo por todo el universo, y mientras todo eso ocurra, nuestros labios se juntarán y se fundirán en uno de los besos más esperados y deseados por los dos.
No sé si te falta mucho para llegar, si la vida me (nos) hará esperar mucho más, por si acaso te dejo mi dirección por aquí, para que sepas el camino que tienes que seguir, para llegar hasta mí.
Te espero en el país del Amor, en la ciudad de la Esperanza, en el barrio del Alma y en la calle de mi Corazón.
Por favor, no tardes mucho, aquí te espero.
¡Hasta pronto amor!
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